¿Por
qué no creernos todo lo que leemos?
Como
médicos o sanitarios en general, estamos acostumbrados a apoyar nuestras
decisiones diarias en la literatura científica existente. Buscamos, revisamos y
estudiamos artículos sin parar con el fin de mantenernos al día y poder ofrecer
a nuestros pacientes un mejor cuidado aplicando la mejor evidencia disponible
en cada momento.
Poco
a poco, todos hemos ido formándonos en mayor o menor medida en la lectura de
artículos: Nos han enseñado a desconfiar de artículos sobre tratamientos sin
aleatorizar, conocemos el valor del doble ciego y buscamos ansiosos las “p”
para ver las diferencias estadísticas de las diferentes propuestas. En esta misma línea, hemos aprendido que un ensayo clínico
aleatorizado es estupendo pero que un meta-análisis es lo más parecido a la “verdad actual”.
Entonces,
¿qué pasa cuando se publican meta-análisis que podríamos denominar como
“turbios”? ¿Por qué se publican? . Aquí entramos en el mundo de las opiniones
personales, pero creo que en los últimos años el abuso de la publicación de
este tipo de trabajos es debido a la “necesidad” de algunos centros o
científicos de continuar publicando a pesar de no estar realizando ningún tipo
de investigación para mantener un estatus o un rendimiento. En fin, esto solo
es una opinión.
Centrémonos
entonces en un trabajo actual y veamos qué problemas conllevan estos trabajos:
Revista:
BMJ (British Medical Journal)
Fecha
de publicación: Junio de 2013
Factor de Impacto: 17.215
Continúa...